Friday, February 19, 2010

Bla Bla Bla

¿Cuantas veces hemos estado en una conversación o situación que no nos interesa y seguimos ahí escuchando y sonriendo? En muchas ocasiones cedemos nuestro tiempo y nuestra atención a momentos, conversaciones y personas que más que nutrinos nos consumen. Pero la situación -como ya sabemos- no corresponde al otro. Corresponde más bien a cómo nosotros mismos abordamos el momento. Es decir, en primera instancia ¿por qué estás ahí de pie escuchando algo o alguien que no te está aportando nada? ¿por qué te cuesta tanto decir: NO? ¿Por qué te resulta más fácil torturarte, castigarte o incomodarte que simplemente decir lo que sientes o solo salirte de la situación sin mediar palabra? Muchos dirán que no les gusta ser "mal educados" sobre todo si se trata de su jefe, socio o -peor aún- un extraño ¡esto es lo más curioso! No engancharse en una conversación estéril con un extraño es un irrespeto, pero a veces decirle unas cuantas cosas a nuestros familiares o amigos cercanos está bien.

Realmente no se trata a quien le dices algo, con quien hablas y de qué manera lo dices, se trata de ti, de lo que estás dispuesto de entregar en una situación o en una conversación. Sea a un extraño, a tu jefe, socio, madre, padre etc, es importante que tu permanezcas íntegro. Que en todo momento te respetes y te honres. Si esto es genuino se proyectará en el otro y vendrá la aceptación.

Es cierto que vivimos en una sociedad que demanda mucha atención e infinidad de normas y comportamientos de "buena conducta", y a veces nos resulta incómodo romper con muchos patrones que hemos heredado de generación en generación; pero si poco a poco pulimos nuestra mente, actualizamos nuestras creencias y sobretodo guardamos un profundo respeto por nosotos mismos, podemos sin duda alcanzar una libertad emocional de la tan temida sociedad en la que vivimos. Esta libertad viene de la aceptación de nosotros mismos, cuestión no siempre fácil, pero que con trabajo y constancia se puede lograr. Cuando digo "trabajo y constancia" me refiero a ir practicando con situaciones pequeñas. Por ejemplo, si te encuentras en una conversación que sientes estéril, sutilmente retírate si estás con un grupo de personas, si estás conversando con alguien, trata de darle otro tono a la conversación, si el intento es fallido, retírate a buscar más agua o a tomar un aperitivo. No se trata de huir, sino de no engancharte y por tanto no seguir perturbando tu mente con información que sientes no te sirve de nada o simplemente no te agrada. No te sientas mal al hacerlo, sé siempre diligente sin herir u ofender. Recuerda que el otro es digno de respeto al igual que tu, digno de amor y entendimiento igual que tu. Mira siempre a través de los ojos de la compasión y el amor.

Es importante involucrarse con personas y situaciones que te ayuden a nutrir un estado natural de alegría, paz y amor en tu mente. Normalmente cuando estamos en situaciones desagradables o estresantes nuestra mente se sirve de esta negatividad para volver a un estado de inestabilidad. Es por eso que luego de estar con personas o situaciones de este tipo, nos sentimos agotados e incluso deprimidos y tristes.

Una pregunta que le hacen frecuentemente a mi maestro es ¿cómo mantener una mente en paz y al mismo tiempo funcionar en este mundo? El cita a Pantanjali un gran sabio, que dice que Uno debe cultivar los siguientes aspectos:

-Amistad hacia la gente feliz
-Compasión hacia los infelices
-Reverencia hacia los Santos
-Indiferencia hacia los perniciosos

Este es un punto delicado, pero importante pues entra en juego la compasión y la indiferencia ¿Cuando ser compasivo con alguien y cuando indiferentes? Pues, para esto tenemos una excelente virtud que debemos utilizar: el discernimiento. La habilidad de discenir viene de la mano con el trabajo que hemos hecho en nosotros mismos y la naturaleza de nuestra mente. Para un adicto, la adicción está bien, es algo normal, no puede destinguir. Hay una historia que ilustra muy bien este punto.

Un dia los dioses deciden salir de vacaciones y deciden vacacionar en el hermoso planeta tierra. Recorrieron bosques y ciudades deleitándose con su creación. Pero un dia pasaron frente a una granja y a uno de los Dioses le llamó la atención la manera de vivir de unos cerditos. Curioso, le dijo a los otros dioses que se quedaría con los cerditos para enseñarles a vivir apropiadamente. Los dioses extrañados le apoyaron y acordaron pasar por él en un año.
Después que hubo pasado el año, los Dioses emprendieron el viaje a buscar al otro dios que se había quedado con los cerditos. Cual fue su sorpresa cuando ven al Dios revolcándose en el barro con los otros cerdos. Uno de los dioses le pregunta: ¿Pero qué te ha pasado? Ya vente con nosotros a casa. Y el dios les contestó ¡¿pero qué dices?! Esta es mi esposa cerdita, estos mis hijos cerditos y este nuestro hermoso cochinero!

Esta historia nos hace reflexionar sobre la naturaleza de la mente. ¿Qué tuvo que hacer el Dios para ser aceptado por los cerdos? Pues, ¡convertirse en cerdo! y al hacer esto se olvidó de su naturaleza divina. Entonces, es por esto que es importante nutrirnos con buena gente, buena música, aprender de nuestros maestros diarios y abrir nuestro corazón al aprendizaje. También se aprende revolcándose en el barro con los cerditos, pero ¿por qué con sufrimiento? Es cierto, los cerdos no lo ven como sufrimiento pues es su naturaleza, así están acostumbrados a vivir, pero como hizo el Dios, por entregarnos a la aceptación de los demás, por querer "encajar" en la sociedad, por querer cambiar a los demás, olvidamos nuestra naturaleza divina, nuestra verdadera esencia.

Recuerda siempre cultivarte. Así como se cultiva una hermosa flor con agua, luz y amor, así se cultiva una mente sana, una vida sana y feliz. Es un proceso a veces largo, pero sigue adelante, los frutos que cosecharás serán deliciosos e imperecederos.

3 comments:

Maribel Medina said...

Gracias Yare,
Me gustó mucho tu entrada. Muy cierto lo que dices allí.
Un beso grande!
Mary

Vane G. said...

Acertadisima!
Hay que procesarlo y ponerlo en practica.

Keyla said...

Me hiciste recordar, jijiji, especialmente la primera parte, pero si los temas no son tan vacios puede ser que por escuchar termines ayudando a alguien. Una vez le dije a un compañero de trabajo, que hablaba mucho por cierto, tienes 5 minutos para decirme lo que me tengas que decir porque estoy full de trabajo :D la verdad me dio pena pero fue efectivo. Que buena la reflexion Yare :D
besos Keyla