Thursday, September 24, 2009

Dame algo nuevo...


"Había un señor que era famoso en el vecindario por sus galletas. Tenía siempre el mismo tipo de galletas con chispas de chocolate. A pesar de tener solo galletas de chispas de chocolate era muy exitoso en su negocio y los clientes hacían largas colas solo para disfrutar de tan exquisito manjar.

Un día alguien le preguntó al señor el por qué no hacía otro tipo de galletas. Esta pregunta activó algo en él e inmediatamente pensó en hacer un nuevo tipo de galletas. Creó entonces las galletas de limón. Un éxito total. Al ver esto, el señor decidió hacer más y más sabores. Hasta que un dia decidió que era suficiente variedad y estaba muy satisfecho.

Con el tiempo los clientes comenzaron a quejarse de la falta de novedad. El nunca había visto algo semejante. Antes solo tenía un tipo de galletas y todo andaba bien. Ahora, no para de hacer nuevas galletas y cuando decide que es suficiente, las personas piden más y más. Estresado y enfermo de tanto trabajo, decidió mantenerse firme y no elaborar más sabores nuevos.

Al cabo de un tiempo, a pesar de que la calidad y el sabor de las galletas seguían siendo los mismos, la gente no venía con tanto entusiasmo a la tienda. Y luego de unos meses, el señor de las galletas tuvo que cerrar su negocio por no poder cubrir los gastos del local. Y esa es la historia" -dijo Guruji.

Al finalizar la historia, traté de encontarle el sentido y la profundidad a la misma. Se supone que mi maestro es un hombre sabio, siempre queriendo elevar nuestra consciencia con temas espirituales. Pero ahi estaba yo, entrecejo fruncido y boca torcida pensando y pensando qué quiso decir. Miré a mi alrededor y habían unos cuantos como yo. Hasta que mi maestro nos miró compasivamente y dijo "siempre lo nuevo...", "la mente siempre quiere algo nuevo..."

Y me dije ¿qué hay de malo en eso? Somos seres innovadores, buscando siempre superarnos a nosotros mismos, eso es bueno, lo contrario nos estanca.
Seguían las caras confundidas en la sala. Nadie quería mostrar abiertamente su lío mental. Hasta que mi maestro descifró lo que estaba pasando y nos volvió a decir: "Cada vez que en una clase de yoga haces algo nuevo, estás alimentando un monstruo que luego vendrá a comerte. No podrás controlarlo cuando venga por ti. Y el dia que tu clase no tenga nada nuevo entonces tus alumnos no volverán" Entendí porque estaba contando esta historia, pues el yoga que él nos enseña se basa en un sistema estructural con pocos cambios para poder ver mayores resultados.

Ya estaba viendo aires de claridad. Pero aun tenía mis dudas. Seguí escuchando. "El señor de las galletas estaba bien vendiendo solo galletas de chispas de chocolate hasta que la mente siempre insegura, siempre ansiosa lanzó un plan de destrucción. La mente siempre quiere algo nuevo, lo viejo no sirve, es obsoleto, no está de moda. Y cuando el hombre escuchó este llamado de la mente, empezó la destrucción de su salud y su negocio" siguió explicando Guruji.

En mis adentros pensé que aunque la idea era un poco osada, mientras más la recordaba, se iba haciendo cada vez más congruente. La búsqueda de lo nuevo le ha creado sobre todo al hombre occidental una vía hacia su propia destrucción. Desde lo más trivial hasta lo más profundo. Siempre estamos buscando la novedad y lo viejo o digamos lo tradicional, simplemente se desecha o se cambia. Desde el cepillo de dientes hasta el marido. La cirujía plástica es la prueba máxima de la búsqueda exacervada de la novedad, una nueva nariz, una nueva boca y hasta una nueva "pechonalidad".

Sin embargo, había algo que aun rondaba en mi cabeza. El conformismo. ¿Cómo no estancarse pensando que al crear algo nuevo se es preso de una manipulación de la mente? Es bien sabido que la mente puede ser o tu mejor amigo, como tu peor enemigo. Basado en esto, Guruji dice que se debe ser el dueño de la mente, y no permitir que ésta nos controle. Puedes expandir tu consciencia siendo creativo, usando tu poder mental para la armonía. Una vez que sientas un desbalance ya sea a nivel físico o emocional, es hora de evaluar quien está llevando las riendas de tu vida...tu mente o tu.

Una de las grandes enseñanzas de Buddha fue que mientras estemos en perfecta armonía y balance, circulando por el camino del medio, es mucho más fácil andar el camino espiritual que no es más que la vida misma. Esto puede resumir el porqué estamos constantemente buscando lo nuevo. Al no encontrar el punto medio, el balance, recurrimos a lo que nos da una satisfacción momentánea, pero que a la larga es un producto perecedero que muere en el mismo momento que muere la novedad.

La clave es encontrar ese balance sin exterminar nuestra vena creativa y nuestra innovación en proyectos que ayuden a la humanidad. Es por igual importante seguir con las cosas que ya han hecho mella en nuestra vida y la de otros siempre y cuando sigan siendo placenteras de realizar. Cuando doy una clase de Sampoorna Yoga recurriendo siempre a la misma estructura, pienso en la historia de mi maestro, tan sencilla y profunda a la vez. He podido comprobar que al hacer un estiramiento o una respiración varias veces por varias semanas, se logran resultados mucho más duraderos que inventando algo cada vez que enseño una clase. La práctica hace al maestro. La novedad es una sorpresa y un toque mágico en la clase, pero no es la protagonista.

Entender y vivir esta enseñanza de Guruji no fue fácil, pero cada vez que la recuerdo y la uso doy gracias por esa consciencia. Es mi deseo compartirla. Tal vez funcione para algunos, tal vez no. Los caminos para subir la montaña son muchos, la cima es la misma.

1 comment:

Vane G. said...

Que historia tan simple, tan hermosa y tan acertada! Sobretodo, para el tiempo en que vivimos, donde la mente gobierna todas nustras acciones en esa expectativa de movimiento constante que mas bien parece un hambre insaciable de algo mas... Excelente, amiga! Muy buena reflexion.