Sunday, April 4, 2010

A propósito del Domingo de resurrección


NO ME HE OLVIDADO DE NADIE

Mi resurrección se repite cada vez que conduzco a un hermano sin contratiempo alguno allí donde la jornada termina para ya no recordarse más. Me siento renovado cada vez que un hermano aprende que hay un camino que nos libera a todos de la aflicción y del dolor. Y renazco cada vez que un hermano se vuelve hacia la luz que mora en él y me busca.
NO ME HE OLVIDADO DE NADIE. Ayúdame ahora a conducirte de regreso allí donde la jornada empezó para que puedas llevar a cabo otra elección conmigo.
Esto es lo único que necesito: que oigas mis palabras y que se las ofrezcas al mundo.
Tú eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis manos, con los cuales llevo la salvación al mundo. El Ser desde el que te llamo no es sino TU PROPIO SER. A él nos dirigimos juntos. Toma a tu hermano de la mano, pues este no es un camino que recorremos solos. En él yo camino contigo y tú conmigo. La Voluntad del Padre es que su Hijo sea uno con Él.

Del libro "un Curso de Milagros"


Estudiar este libro no es tarea fácil, pero pasajes como este son un oasis en la lectura. Hoy, cuando miles de feligreses visitan templos y encienden velas, pienso en la resurrección de nuestras mentes crísticas, de nuestra manera de pensar y de la forma en que nos relacionamos con el mundo.

El dia en que entendamos esa conección, el dia en que dejemos de buscar afuera y comprendamos el párrafo de arriba que dice "Tú eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis manos, con los cuales llevo la salvación al mundo. El Ser desde el que te llamo no es sino TU PROPIO SER" estaremos más cerca de reconocer nuestra verdadera naturaleza.

El mismo Curso de Milagros dice que hasta que no sane la última persona, todos estaremos en el mismo bote. Es por ello que es importante que cada quien se enfoque en si mismo, de esa manera ayuda al otro. No se trata de ir sanando a las personas, queriendo cambiarles la vida o buscando discípulos desmedidamente. Se trata de empezar por ti mismo. De tomar la responsabilidad -por muy dura que sea- de verte al espejo y tomar la decisión de cojer las riendas de tu vida. Ni el más grande los maestros, ni el Gurú más iluminado te puede despertar. Solo tu puedes hacer el trabajo, solo tu puedes hacer el cambio en ti.

Todo lo anterior se dice fácil, y ya lo he mencionado en muchas oportunidades, pero hablo por mi propia experiencia. No estoy iluminada ni canalizo ningún ente del más allá, no tengo un certificado espiritual de lama, guru o maestro ascendido. No tengo PHDs ni doctorados. Solo tengo estas ganas inmensas de seguir escarbando en la superficie en busca de quien soy. Estoy en el proceso. A veces me duele, me duele mucho. Otras veces siento una felicidad sin límites. Algunos dirán que mis sentidos están en control, otros que mi mente es la reina. Y la verdad, no me importa. Quiero vivirlo. Quiero revolcarme en esta vida y llenarme de lodo, de mucre. Quiero tomar un baño en el río fresco de la calma y al dia siguiente introducir lentamente los dedos en el escremento de lo mundano. Período de prueba. Período de cambios... ¿Muerte o resurrección?

Removamos juntos la piedra de la lápida. Te invito a que lo hagas. A veces la piedra es pesada, otras veces parece fácil abrirla. Cual sea el grosor, el peso o la forma de tu piedra, empieza por tocarla, sentirla y poco a poco trabajemos por removerla. Resucitemos. Resucitemos juntos. Hay un llamado, un grito a despertar. No sé quien llama, pero llama. Y sus amorosas palabras resuenan en el pecho ¿lo sientes? Es un llamado de amor. Es un bálsamo en el camino espinoso. Muchas veces lo he sentido y es cuando sé, desde mi sabiduría interna que el camino vale la pena. Es en ese instante cuando no hay dudas, no hay sufrimiento, no hay dolor. Es en ese momento cuando sé que El me sostiene, que El está en mi, porque mis manos son sus manos, mis pies son sus pies, y mi corazón es el ciudadano universal que se une con el tuyo. Gracias hermano de camino. Estoy aqui para ti. Mi agradecimiento por verte, mi agradecimiento por tu presencia.

Resucitemos nuestra mente moribunda, nuestras creencias rígidas como cadáveres. Salgamos de la tumba que aprisiona nuestra verdadera esencia. Démosle vida a nuestra vida. Resucitemos juntos. No solo este domingo, sino todos los dias. Poco a poco llegaremos a puerto seguro. Todos juntos, seres maravillosos.

4 comments:

Sina said...
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Sina said...

La verdad es que tu mensaje me ha emocionado, me ha llegado muy hondo.
Gracias.
Un abrazo muy luminoso, Sina

Sina said...

Hay un problema en tu blog, los comentarios salen distinto a como se escriben. Lo sabias?

Joy B. said...

Gracias querida Yaremi por tus palabras de ánimo a despertar la conciencia!

De eso se trata la resurrección, como bien dices, de despertar a nuestro ser divino que siempre estuvo en nosotros, más cerca que nuestra propia piel...

Un cálido abrazo